El Ministerio de Educación, en cumplimiento del mandato constitucional, garantiza el derecho de toda la población a acceder a una educación pertinente, contextualizada, actualizada y alineada con los entornos sociales, culturales y tecnológicos del país. Para ello, el currículo nacional se constituye como una herramienta fundamental que orienta el proceso de enseñanza-aprendizaje, al establecer los conocimientos, habilidades, actitudes y valores que deben desarrollarse en cada etapa educativa.
El currículo vigente pone especial énfasis en el desarrollo de competencias clave para el siglo XXI, tales como las comunicacionales, matemáticas, socioemocionales y digitales, que incluyen el pensamiento computacional y la ciudadanía digital. Este enfoque busca fortalecer y recuperar aprendizajes esenciales mediante el uso de criterios de desempeño y sus respectivos indicadores, permitiendo una evaluación más clara y objetiva del progreso estudiantil.
Como parte de su proceso de actualización y mejora continua, el currículo incorpora inserciones curriculares, entendidas como competencias o destrezas nuevas o reforzadas que responden a los desafíos actuales y a las demandas locales y globales. Estas inserciones promueven el bienestar, la autonomía y el desarrollo integral del estudiantado en los distintos contextos de la vida cotidiana. Las áreas que se integran son:
Educación Cívica, Ética e Integridad
Educación para el Desarrollo Sostenible
Educación Socioemocional
Educación Financiera
Educación para la Seguridad Vial y la Movilidad Sostenible
Estas áreas complementan y enriquecen el currículo vigente, fortaleciendo su relevancia y pertinencia para la formación integral de niñas, niños y adolescentes del Ecuador.
El currículo nacional vigente representa una oportunidad estratégica para abordar temáticas relacionadas con la seguridad física, emocional, social y digital en las diversas áreas del conocimiento, abarcando todos los niveles y subniveles educativos. Las destrezas y criterios de desempeño vinculados a la Educación para la Seguridad Integral se identifican mediante el siguiente ícono.
La Educación para la Seguridad Integral constituye una oportunidad curricular clave para garantizar que las y los estudiantes desarrollen habilidades, competencias y valores en un entorno escolar libre de violencia y riesgos físicos y psicosociales, favoreciendo su bienestar integral mediante la promoción de una convivencia armónica, el fortalecimiento de la salud emocional, la protección frente a cualquier forma de violencia y la formación en el uso responsable de los entornos digitales. Este enfoque formativo busca que el estudiantado se desarrolle en ambientes seguros, resilientes e inclusivos, impulsando aprendizajes significativos y el ejercicio pleno de sus derechos.
La fundamentación teórica de la estrategia para identificar y abordar la Educación para la Seguridad Integral en el Currículo Priorizado se encuentra disponible en el siguiente documento: