Educación de calidad para enfrentar con éxito los desafíos del mundo
Acompañamos a Milka Real y Lilia Nourbehesht, dos estudiantes de 16 años, que en una visita al Ministerio de Educación nos compartieron su visión sobre la calidad educativa y su impacto en el camino hacia un futuro prometedor. Sus voces narran experiencias transformadoras en el Sistema Educativo Nacional.
Milka y Lilia, estudiantes de 1°. año de bachillerato en la Unidad Educativa República de Bolivia,comparten una perspectiva clara y firme sobre la importancia de una educación de calidad. Ambas creen que la exigencia adicional en el proceso educativo no solo cultiva disciplina, sino que también prepara a los estudiantes para enfrentar con éxito los desafíos del mundo real.
En esta dirección, hace algunos meses, el Ministerio de Educación, comprometido con la educación de calidad, propició un nuevo modelo de evaluación enfocado en adquirir aprendizajes y desarrollar destrezas. Desde el año lectivo 2023-2024 se eliminaron los exámenes remediales y de gracia, teniendo así, los estudiantes, una sola oportunidad de examen supletorio para ser promovido al siguiente año.
De inicio, esto generó incertidumbre; pero hoy, con testimonios como los de las dos estudiantes con quienes conversamos, se respalda la efectividad de este cambio. Sus experiencias reflejan la utilidad y el impacto positivo que este nuevo modelo ha tenido en su proceso educativo.
Por un lado, Milka indica que los exámenes remediales, en su momento fomentaron una actitud conformista: “El esfuerzo extra es esencial para desarrollar habilidades fundamentales y alcanzar metas”, destaca.
Lilia en cambio valora y disfruta de la Educación que ha encontrado en nuestro país. Ella es libanesa y está radicada junto a sus padres en Ecuador desde hace siete años, afirma que la Educación en Ecuador ha sido una oportunidad valiosa que antes no tuvo: “La educación no se trata de forzar a los estudiantes a que aprendan algo, sino de darles herramientas y valorar sus capacidades para que aprendan mejor”, enfatiza.
Su sueño de ser doctora se alimenta de la importancia que le otorga una educación de calidad. La eliminación de los exámenes de gracia ha sido clave para que, según ella, los estudiantes se comprometan más con el proceso de aprendizaje.
Zahra Ghasemi, madre de Lilia, coincide en este cambio positivo: “La responsabilidad es de cada estudiante y también de casa. Hay que involucrarse en los procesos de nuestros hijos para sumarnos a estos esfuerzos”.
Milka, por su parte, asegura que este cambio abrió varias alternativas, entre ellas el nuevo modelo de evaluación, que se “ajusta más” a los estudiantes: “que las evaluaciones ahora sean trimestrales, es decir más frecuentes y oportunas, hacen que la cantidad de materia sea más manejable”, explica.
Un proceso educativo, en el rol de los docentes es esencial. Cristina Quinatoa, profesora de Lengua y Literatura, destaca que para este logro están: “constantemente explorando nuevas técnicas y métodos para conectar con nuestros estudiantes”.
Milka enfatiza en la importancia de este enfoque, destacando la necesidad de fortalecer las habilidades individuales de cada estudiante. Aunque reconocen la importancia del contenido del currículo, subrayan la relevancia de enfocarse en los puntos fuertes de cada alumno para potenciarlos.
Cristina Quinatoa coincide con esta idea al mencionar: “La presencia de la tecnología nos desafía a reinventarnos como docentes para desarrollar las destrezas necesarias en nuestros estudiantes”. Esta adaptación constante en la enseñanza se convierte en un camino para preparar a los estudiantes no solo en conocimientos, sino también en habilidades relevantes para el mundo actual.
Milka y Lilia demuestran que la exigencia en la educación fortalece habilidades individuales y prepara para un mundo real. Juntas, representan la voz de una generación que valora la calidad educativa como un pilar fundamental para alcanzar sus sueños.