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Miércoles, 18 de octubre de 2023

Forjando el Futuro: Adolescentes impulsan el ecoturismo desde el museo de su unidad educativa, en Pifo

Las historias de éxito en la Educación son aquellas que impulsan el progreso de una sociedad, y a menudo encuentran su hogar en instituciones educativas comprometidas y en constante evolución. La Unidad Educativa Fiscal Eduardo Salazar Gómez es uno de esos ejemplos destacados. Con 51 años de vida institucional, esta escuela ha forjado un legado de excelencia que es digno de ser compartido.

Shirley Ostaisa

Pifo y las parroquias cercanas, ubicadas al nororiente del Distrito Metropolitano de Quito, cuentan con un espacio de aprendizaje para que los jóvenes desarrollen habilidades que les sirven para la vida, se trata de la Unidad Educativa Fiscal “Eduardo Salazar Gómez” a la que asisten 1.900 estudiantes, en tres jornadas: matutina, vespertina y nocturna. Esta institución desempeña un papel esencial en la educación de jóvenes, ofreciendo bachilleratos en Ventas e Información Turística, así como en Producción Agropecuaria.

Nuestra visita a esta institución comienza en su flamante museo, inaugurado hace pocos meses, y diseñado para inspirar la curiosidad y el aprendizaje en lo cultural y ecológico. La primera impresión al ingresar es asombrosa: las vitrinas se encuentran llenas de objetos y maquetas creados meticulosamente por los estudiantes, cada rincón está impregnado de texturas, colores y una profunda conexión con la historia y la cultura de la región.

Shirley Ostaisa, estudiante de tercer año de Ventas e Información Turística, se convierte en nuestra guía y con toda soltura y profesionalismo nos lleva por el museo a través de sus relatos, sus explicaciones fluyen con mucha consistencia.

Yessica y Shirley

En el primer piso, Shirley nos invita a un recorrido en el cual destaca el profundo valor y significado cultural de cada objeto en exhibición. Resalta la importancia de mantener vivas las tradiciones, como la Diablada Pillareña, a través de las impresionantes máscaras elaboradas por los mismos estudiantes; o, las costumbres visibles en vestimenta y alimentos de cada pueblo, todo ello plasmado en maquetas interactivas. “Exponer estos objetos nos acerca a elementos que, como jóvenes, a menudo dejamos atrás y olvidamos en nuestra vida diaria”, recalca.

A medida que ascendemos al segundo piso del museo, la atención se desplaza hacia la riqueza de la fauna y flora de la región. Aquí, fotografías y maquetas de animales endémicos y otros elementos nos sumergen en el asombroso mundo natural que rodea a esta zona y a la región. Esta área nos proporciona un conocimiento más profundo de la biodiversidad local, que mágicamente nos conecta con la importancia de preservar y apreciar la belleza natural del entorno.

La experiencia de la visita también nos acerca a la cultura y a la naturaleza de la zona, desapercibida muy a menudo. Es por eso, que entre los deseos de los estudiantes está el abrir al público el museo con el objetivo de fortalecer el ecoturismo en Pifo. “Queremos que la gente de Ecuador y del mundo sepa que aquí existe un lugar con mucho por admirar”, resalta Shirley.

Finalizamos el recorrido escuchando a nuestra guía del museo, a quien le brillaban los ojos, y con mucha alegría nos contaba que su decisión de unirse a esta carrera fue influenciada por su hermana, quien estudió producción agropecuaria en esta misma institución. Shirley se enamoró de la idea de preservar y promover la cultura de la región, que con frecuencia es olvidada. “Lo lindo de este colegio es que cada área ayuda en diferentes ámbitos de nuestra vida. Nos ayuda como seres humanos y como jóvenes”, concluye.

En el camino, encontramos huertos con legumbres, plantas aromáticas, hierbas medicinales, entre otras variedades. Roberto Anchapaxi, profesor de Agro Tecnología y Cultivos, nos explica sobre los procesos que realizan los estudiantes: “Ellos aprenden a cultivar en lugares que nunca imaginaron y están motivados. A veces no importa si se acaban los insumos, ellos los consiguen o los construyen, pero siempre encuentran formas de enriquecer su trabajo”, destaca el docente.

Recorrer los terrenos de esta institución es una experiencia enriquecedora en sí misma: los campos verdes, las plantas bien cuidadas en los viveros y animales como las cabras, pollos de engorde, cerdos y un becerro en crecimiento que se encuentran en la pequeña granja al interior de la institución, son parte de la experiencia que Alex Carchi, un estudiante de 16 años en Producción Agropecuaria, también comparte: “Estamos encargados de cuidar la vida, y eso no solo nos enseña, sino que nos fortalece como personas”. Alex sueña con convertirse en zootecnista y tener su propia finca, viviendo de su pasión por la agricultura.

Centro de Interpretación Ñukanchik Wasi
Producción agropecuaria

La Unidad Educativa Fiscal Eduardo Salazar Gómez cumple su compromiso de proporcionar a los estudiantes herramientas para valerse por sí mismos en el futuro, preparándolos como profesionales y también para emprender sus propios negocios.

En cada área, los estudiantes reciben materias complementarias fundamentales. En producción agropecuaria, por ejemplo, se incluyen temas como la microbiología de los productos lácteos, técnicas de procesamiento, control de calidad y demás, así como se les enseña sobre la gestión y el emprendimiento, lo que les proporciona las habilidades necesarias para llevar adelante sus propias empresas de producción láctea en el futuro.

Nelly Arias, rectora del colegio, con orgullo nos cuenta que en la institución, los estudiantes elaboran quesos, yogurt, helados y otros productos con su propia marca de lácteos denominada “Don Eduardo”: “Hemos visto a estudiantes que inician sus propias empresas. Comienzan vendiendo a la familia a menor escala y continúan creciendo”, indica.

En el camino, encontramos huertos con legumbres, plantas aromáticas, hierbas medicinales, entre otras variedades. Roberto Anchapaxi, profesor de Agro Tecnología y Cultivos, nos explica sobre los procesos que realizan los estudiantes: “Ellos aprenden a cultivar en lugares que nunca imaginaron y están motivados. A veces no importa si se acaban los insumos, ellos los consiguen o los construyen, pero siempre encuentran formas de enriquecer su trabajo”, destaca el docente.

Recorrer los terrenos de esta institución es una experiencia enriquecedora en sí misma: los campos verdes, las plantas bien cuidadas en los viveros y animales como las cabras, pollos de engorde, cerdos y un becerro en crecimiento que se encuentran en la pequeña granja al interior de la institución, son parte de la experiencia que Alex Carchi, un estudiante de 16 años en Producción Agropecuaria, también comparte: “Estamos encargados de cuidar la vida, y eso no solo nos enseña, sino que nos fortalece como personas”. Alex sueña con convertirse en zootecnista y tener su propia finca, viviendo de su pasión por la agricultura. La Unidad Educativa Fiscal Eduardo Salazar Gómez cumple su compromiso de proporcionar a los estudiantes herramientas para valerse por sí mismos en el futuro, preparándolos como profesionales y también para emprender sus propios negocios. En cada área, los estudiantes reciben materias complementarias fundamentales. En producción agropecuaria, por ejemplo, se incluyen temas como la microbiología de los productos lácteos, técnicas de procesamiento, control de calidad y demás, así como se les enseña sobre la gestión y el emprendimiento, lo que les proporciona las habilidades necesarias para llevar adelante sus propias empresas de producción láctea en el futuro.
Granja
Nelly Arias, rectora del colegio, con orgullo nos cuenta que en la institución, los estudiantes elaboran quesos, yogurt, helados y otros productos con su propia marca de lácteos denominada “Don Eduardo”: “Hemos visto a estudiantes que inician sus propias empresas. Comienzan vendiendo a la familia a menor escala y continúan creciendo”, indica. Cada rincón de esta institución nos brinda una valiosa lección, dejando en evidencia la importancia de contar con infraestructura educativa de calidad y adaptada a las necesidades de los estudiantes, un compromiso permanente del Ministerio de Educación. El mismo que se materializó hace 2 meses con la entrega del edificio del museo y la actualización de equipos en la planta de lácteos, con una inversión de 109 mil dólares.
INVERSIÓN
109 MIL DOLARES 100%

Los estudiantes de esta institución reciben una educación integral, que, si bien se basa en la adquisición de conocimientos en áreas como: la lógica, la matemática y el desarrollo socioemocional, también se enfoca en el fortalecimiento de habilidades sociales y emocionales, la promoción de valores éticos y cívicos, y el estímulo al pensamiento crítico. Esta aproximación educativa no solo es completa y actualizada, sino que también se orienta a preparar a los estudiantes para enfrentar con éxito los desafíos actuales y futuros.

Los cambios que se están implementando en el Sistema de Educación Intercultural Bilingüe aportan significativamente para avanzar hacia la Transformación Educativa del Ecuador, con el ambicioso propósito de que este modelo educativo que beneficia a los estudiantes y sus familias, con el tiempo, se pueda replicar al resto de planteles del país, que aún faltan ser transformados.

La experiencia de este recorrido y el legado que deja a quienes pasan por sus aulas, son testimonios positivos y resultados del impacto que genera la educación, como motor de cambio social y desarrollo. Educación que, además, contribuye a construir una sociedad más justa, equitativa y democrática, que impulsa a los ciudadanos a contar con igualdad de oportunidades.

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