A las 12.00 pm,  los hermanos José armando y José Luis Cevallos Herrera de 14 años,  conocidos como “los siameses milagreños”, están listos para ir a estudiar, a la espera de un carro del cuerpo de bomberos, que  ante la discapacidad que poseen, los trasladan  desde su vivienda  ubicada en la ciudadela las Piñas hasta la Unidad  Educativa José María  Velasco Ibarra,  donde cursan el noveno año de educación básica.

Los siameses Cevallos, quienes forman parte del proceso de Educación Inclusiva que lidera el Ministerio de Educación, dicen sentirse afortunados en esta revolución educativa, las ofertas y beneficios en este ámbito han dado un giro radical.

Dos hermanos que han aprendido a compartir sus órganos,  intestinos e hígado, sueñan con alcanzar varias metas, entre ellas,  un Bachillerato Internacional y en lo posterior la carrera de Ingeniería en Sistemas, demostrando así que ninguna discapacidad irrumpirá su convicción.

Una patineta era su mejor aliada a la hora de transportarse hasta hace tres años; ahora,  gracias a las gestiones de la Fundación Manuela Espejo recibieron  una silla de ruedas especial  para mayor comodidad.

Como un ejemplo, los consideran sus compañeros y familiares,  los mismos que los motivan a seguir, ya que a pesar de su discapacidad,  demuestran que dicha condición no es una limitación cuando de alcanzar el éxito se trata. Muestra de ello es que en diferentes medios nacionales e internacionales, los consideran como un ejemplo de vida.

Son buenos alumnos, “van un paso adelante”, dice su docente de inglés,  Lcda. Germania Portilla.

 Los maestros son ese eje fundamental para alcanzar los objetivos planteados; con ayuda y dedicación, el panorama es más positivo en la actualidad.

En esta y otras zonas del país, existen  educandos con discapacidad que gracias a la implementación de la Educación Inclusiva hoy pueden  disfrutar del aprendizaje de calidad y calidez; ejes fundamentales de las nuevas políticas públicas en el Ecuador.