Quito, 1 de octubre de 2025

Cada 1 de octubre se conmemora el Día del Pasillo Ecuatoriano, uno de los géneros musicales que caracteriza e identifica a los ecuatorianos. Julio Jaramillo, quien trascendió fronteras con su música, es uno de sus mejores exponentes y dado que nació en Guayaquil el 1 de octubre de 1935, en 1993, por decreto ejecutivo No. 1.118, se declaró esta fecha como el Día del Pasillo Ecuatoriano.

Este género musical y bailable es, en esencia, un poema de amor musicalizado, aborda temas románticos que generan distintas emociones, relacionadas a la familia, al amor y aquello que evoca momentos, lugares, memorias, cargados de tradiciones y simbolismos.

Para los ecuatorianos, este elemento del patrimonio cultural inmaterial es una forma de expresión colectiva que constituye un signo de la identidad mestiza del Ecuador. Es un género musical popular, transmitido de generación en generación en el ámbito familiar, con los amigos del barrio, en serenatas y festivales. La creación de conservatorios y escuelas de música han permitido que el pasillo se difunda en otros sectores de la sociedad, escribiendo partituras y arreglos orquestales. Todas estas acciones hacen que el pasillo esté vigente y cumpla su función social.

Desde el 14 de diciembre de 2021 el “Pasillo, canción y poesía” o “Pasillo ecuatoriano” fue inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad – UNESCO.

Desde el Ministerio de Educación, Deporte y Cultura, a través del Viceministerio de Cultura y Patrimonio y varias instituciones, gestores, investigadores, intérpretes, autores, compositores y ciudadanos en general, se han desarrollado diversos programas y proyectos que fortalecen el compromiso nacional con la preservación de nuestro legado musical.

El patrimonio constituye una herencia, un legado y sobre el pasillo se han realizado estudios suficientes que lo prueban, con una rica base teórica, como un verdadero bien patrimonial.

Cantar un pasillo significa cantar desde el alma, es ese sentir que identifica, revive y recrea vivencias, con la particularidad interpretativa de conectar el pasado con el presente y la añoranza de lo vivido.

Apropiémonos de nuestro patrimonio cultural y cantemos aviva voz nuestros pasillos ecuatorianos.