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Arranca a la segunda fase del Programa de Acompañamiento Pedagógico en Territorio

Quito, 19 de junio de 2018

El Ministerio de Educación con el objetivo de ampliar la cobertura del Programa de Acompañamiento Pedagógico en Territorio (PAPT) lleva acabo del 19 al 21 de junio, el primer taller de capacitación de la segunda fase del Programa en régimen Costa 2018-2019. El Programa se aplica en las provincias de Esmeraldas, Manabí, Guayas, Santa Elena, Los Ríos, El Oro y Loja en 53 circuitos educativos.

Esta segunda fase beneficiará a 720 instituciones educativas donde laboran 5.420 docentes. Esta iniciativa está orientada a mejorar las capacidades de los educadores, a través de un proceso de mentoría y asesoría educativa que se realiza en las propias aulas de los docentes e instituciones educativas. Así también, busca instalar capacidades para la autonomía pedagógica de los maestros y directivos en las instituciones educativas poniendo énfasis en la centralidad de la lectura y la escritura.

El Programa plantea que los estudiantes de 1.° a 4.° año de Educación General Básica (EGB) alcancen una mejora de los aprendizajes de lectura y escritura y logren consolidar un nivel de rendimiento académico que les permita afianzar el proceso escolar y superar con éxito las circunstancias que se vinculan con el fracaso y rezago escolar.

La estrategia central consiste en implementar un sistema de mentoría en terreno para apoyar a los docentes,  junto a otros procesos que contribuyen a sostener una mejora general en la oferta de los servicios educativos del territorio. Los mentores acompañan a los docentes con apoyo pedagógico, retroalimentación y demostraciones de métodos y prácticas en el aula. Los asesores educativos desarrollan su rol de orientar a las instituciones para el cumplimiento de los estándares de calidad y consolidar así, una cultura escolar de mejora continua en el que la mentoría tenga sentido y valor.

La mentoría conlleva el desarrollo de actividades donde los acompañantes pedagógicos demuestran “en directo” la eficacia y manejo de herramientas para el aprendizaje de la  lectura y escritura, en el contexto de una relación docente-estudiante nutrida de vínculos pedagógicos.  En este escenario, los docentes pueden aprender metodologías efectivas para la enseñanza de lectura y escritura y encontrar nuevos recursos para avanzar con todos los estudiantes, según sus condiciones y realidades.

En lugar que los docentes dejen el aula y salgan de la escuela para capacitarse, como tradicionalmente se ha hecho con limitados resultados,  es el equipo pedagógico formado por asesores y mentores quienes llegan a la escuela y trabajan junto al docente en el aula.  El docente, no solo que no deja el aula para asistir a capacitaciones, sino que con sus estudiantes y en la misma aula se recrean oportunidades para que los unos mejoren profesionalmente, y los otros mejoren sus aprendizajes. De esta forma, el aula se convierte en el espacio privilegiado para suscitar y dar sentido a la formación permanente.


 

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