En la Unidad Educativa Fe y Alegría se aprende a cuidar y valorar la tierra
Portoviejo, 8 de marzo de 2023
Estudiantes con discapacidad participan de un proyecto para sembrar plantas de ciclo corto
Los 170 estudiantes de la Unidad Educativa Especial Fe y Alegría de Santo Domingo comparten su aprendizaje en las aulas con el trabajo agropecuario, combinan sus cuadernos y plumas con regaderas y rastrillos.
Ellos son parte del proyecto Huertos Urbanos implementados desde septiembre del 2022 y que se lleva a cabo junto a estudiantes de la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE).
El objetivo de este programa es fomentar el cuidado de la tierra y forjar nuevos emprendimientos. Así lo indicó José Pico, rector de la institución, quien además dijo que los alumnos reciben una inducción y el resto de las clases son prácticas. “El propósito es que los estudiantes aprendan a cuidar y valorar la tierra”, mencionó Pico.
Hay muchos ejemplos de que nacer con una discapacidad no es impedimento para que una persona demuestre sus habilidades o destrezas. Uno de ellos es Carialex Ortega Vargas, quien nació con discapacidad auditiva pero entiende bien los procesos que debe seguir para sembrar una planta, pues ella y algunos de sus compañeros cuentan también con la guía de un docente de interpretación de señas.
Narciza Rodríguez, responsable del proyecto, explicó que participar en la implementación y desarrollo del proyecto se capacitó a los docentes, padres de familia y estudiantes.
“Este tipo de proyectos resurgirán como una fuente de emprendimiento y de ingresos económicos que beneficiarán a sus familias”, expresó Rodríguez. Añadió que este tipo de áreas son de vital importancia para el desarrollo de las diversas habilidades funcionales de los estudiantes.
Albahaca, lechuga, cebollín, espinaca, pepino, nabo, papa, nabo, culantro, clavel, son algunas de las plantaciones de ciclo corto que los estudiantes siembran y cuidan durante un período de 4 meses, tiempo de duración que tienen estos huertos y en donde aprenden varias técnicas sobre el cuidado de la tierra.
Vicente Moya es padre de Michael. Comenta que un día vio llegar a su hijo a casa con mucha ilusión, pues en su mochila traía los productos que sembró con sus propias manos y que iba a degustar con toda su familia.
“El huerto ha permitido fomentar el trabajo en equipo, desarrollo emocional, enseñar responsabilidad, toma de conciencia ambiental y enseñar hábitos de vida saludable”, detalló el padre de familia.
Por su parte, Michael expresó: “Me siento contento de participar en la siembra de zanahoria, pepino y espinaca. Esta es una experiencia inolvidable que espero repetirla el próximo año lectivo”.
Para Julia López Vera, coordinadora Zonal 4 de Educación, es importante que desde las instituciones educativas se fomente no solo la educación ambiental, sino también sobre hábitos de buena enseñanza y que finalmente se de valor agregado a la materia prima.
El Ministerio de Educación, a través de su eje “Excelencia Educativa”, fomenta una educación integral basada en el desarrollo de habilidades y destrezas con un enfoque de derechos, para fortalecer el desarrollo social, económico y cultural de los estudiantes.