Hilda y Euterio nos demuestran que la edad no es una barrera para la educación
Quito, 12 de septiembre de 2022
Los sueños se cumplen con amor, dedicación y perseverancia.
Al recordar el día en que ingresó al colegio después de casi 60 años, a Hilda le invade la alegría, porque su sueño de retomar su educación empezaba a ser una realidad: “Ese día fue mágico para mí, yo feliz de la vida llegué a la escuela para ingresar al 8vo año y viví mi primer día de clases con mucha felicidad, la misma que conservo hasta ahora que curso el 3ero de Bachillerato en la especialidad Turismo en mi querida Institución Educativa Gabriela Mistral de la ciudad de Quito”, señala con voz dulce Hilda Américo Ipiales, estudiante de 73 años.
En su corazón siempre estuvo el inmenso deseo de continuar con sus estudios y hace 5 años atrás, una de sus hijas le sorprendió con la maravillosa noticia de haberla matriculado para que asista al colegio en la jornada nocturna: “Recuerdo como si fuera ayer el haber recibido la llamada de una señorita que con una voz tan linda y suave me dijo que me esperaban en la escuela para el nuevo año lectivo, eso fue algo mágico para mí, una de las experiencias más hermosas de mi vida”.
El sueño que por décadas permanecía ferviente en su corazón se hacía realidad, y desde ese entonces, asiste a sus clases con mucha ilusión, amor y responsabilidad, del mismo modo como desempeña sus tareas académicas: “Mi corazón se siente joven y con energía para continuar cumpliendo mis metas. Este año me gradúo de Bachiller y quiero estudiar la Universidad para ser una profesional en Turismo y aportar con mis conocimientos, mi sabiduría y mi experiencia al servicio de mi ciudad y de toda la sociedad ecuatoriana”.
Hilda destaca que ha encontrado compañeros y maestros solidarios que le aprecian y le brindan su cariño: “Me siento muy valorada, los quiero mucho a todos mis licenciados y mis compañeros, todos son perlas preciosas, un tesoro humano a quienes les estoy muy agradecida”.
Y entre uno de sus compañeros, se encuentra Eleuterio Juanazo, quien comparte el anhelo de alcanzar el Bachillerato y continuar con los estudios superiores, en su caso, para posteriormente crear una empresa de turismo que le permita conocer todo el país: “Retomé mis estudios en septiembre de 2017, ahora tengo 65 años y estoy muy feliz de cursar el último año del colegio” destaca.
Eleuterio dedica 4 horas al día para estudiar y realizar sus tareas, posteriormente, asiste con mucho entusiasmo a sus clases en horario de 18:40 a 22:20, para continuar adquiriendo nuevos conocimientos: “Los profesores son muy amables, comprensibles y nos brindan la oportunidad de transmitir nuestras preguntas e inquietudes”.
Su mensaje para todos los jóvenes y adultos que debido a distintos motivos no han completado sus estudios es que luchen por sus metas: “Nunca es tarde para estudiar y siempre hay una manera para cumplir nuestros sueños, esfuércense por conseguirlos y la satisfacción será grande”.
Hilda y Eleuterio son muestra de perseverancia y decisión. A decir su docente tutor Gonzalo Pozo, son dos estudiantes muy responsables y puntuales con la asistencia y presentación de tareas: “Son un ejemplo para todos sus compañeros”, asegura.
A la Unidad Educativa para Personas con Escolaridad Inconclusa (PCEI) Gabriela Mistral, ubicada en el Distrito Educativo 17D04-Centro, asisten más de 250 estudiantes en edades de 15 años en adelante, para continuar con sus estudios desde el 8vo de Educación General Básica hasta 3ero de Bachillerato, en jornada nocturna, modalidad intensiva y semipresencial.
Desde el Ministerio de Educación y la Subsecretaría de Educación del Distrito Metropolitano de Quito, trabajamos en cinco ejes y 20 líneas de acción, para garantizar el acceso, permanencia, continuidad y culminación de los estudios hasta el Bachillerato a todos los niños, niñas, jóvenes y adultos, con ofertas educativas flexibles, innovadoras y acorde a sus diferentes realidades.