Un “payasito” que lleva alegría y aprendizaje a estudiantes con discapacidad en Tosagua
Portoviejo, 23 de julio de 2020
Se trata del docente Juan José Solórzano, quien realiza visitas domiciliarias
Pocos lo conocen por su nombre, le dicen el “payasito”, pero lo que tienen claro es que a más de contagiar una risa por su personalidad y atuendo, está lleno de creatividad, liderazgo y amor por sus alumnos, especialmente, por quienes tienen necesidades educativas especiales.
Se trata de Juan José Solórzano de 34 años, un docente del cantón Tosagua, quien decidió vestirse de payaso como estrategia para hacer algo más por tres de sus estudiantes que tienen discapacidad intelectual, pues considera que son quienes más apoyo necesitan durante esta emergencia sanitaria, que los obliga a estar en casa.
Es así como Juan José, una o dos veces por semana, visita en sus domicilios a estos tres niños para acompañarlos en la parte académica, de una forma diferente porque cree que no todo es letra, sino buscar mecanismos que garanticen su aprendizaje sin dejar de divertirse.
El maestro vive en el sector conocido como Bachillero, en su morada tiene un espacio o rincón lúdico y en el piso está una preciada caja de cartón, que es donde empieza la magia. Lo primero que hace es colocarse un traje antifluidos que tiene doble función, protegerse él y a los demás del Covid – 19, pero también fue adaptado como la vestimenta principal del “payasito”. Luego va una peluca, zapatos de colores y una mascarilla personalizada. Por cierto, su nombre artístico es Plin Plin.
La “caja mágica” también tiene otras sorpresas como conos de seguridad, hulas, pelotas de colores, pintura, piola y otra serie de objetos que sirven a Juan José para realizar un trabajo más personalizado y divertido con sus estudiantes.
El profesor se toma de 10 a 40 minutos para llegar a la primera casa, todo depende si se moviliza en carro, bicicleta o caminando. “No importa cómo pero debo llegar, porque para ser docente se requiere de mucha vocación y especialmente amor por los niños con discapacidad que tanto nos necesitan”, expresó. En el trayecto va arrancando las miradas y sonrisas de muchos, especialmente de los niños, pues en esta época no es común ver un payaso circulando por las vías rurales.
Esta semana visitó a José Antonio Álava de 17 años, conocido popularmente como “Toñito”, quien vive en el sitio Cacho Rojo. Aprendió sobre los colores primarios (amarillo, azul y rojo), pero lo hizo jugando con pelotitas y hulas. También pintó recuadros para reforzar la clase.
Su madre, Sobeida Vera, indicó que el “payasito” es un ser humano muy especial y que su hijo siente un cariño inmenso porque le brinda mucho aprendizaje y diversión.
Luego fue el turno de Juan Diego Lema, también de 17 años, cuya casa está ubicada en el sitio El Tambo. Sobre el césped que hay en el patio de su casa corrió, jugo y aprendió junto a su maestro preferido y ante la mirada atenta de su abuelita y representante, Domitila Pazmiño. “Este trabajo en casa es un éxito, el niño ha logrado avanzar como nunca antes y eso nos pone contentos a todos, pero sin duda que nuestra estrella es al maestro Juan José”, sostuvo Domitila.
La escuela en la que trabaja el maestro se llama José María Huerta, que cuenta con más de 300 estudiantes, donde dicta clases de inglés de sexto al décimo año de educación básica. Con ellos mantiene contacto permanente a través de plataformas tecnológicas.
Juan José mencionó que uno de sus compañeros también hace recorridos en territorio para entregar las fichas pedagógicas impresas a quienes no tienen conexión a internet.