Portoviejo, 17 de septiembre de 2021

Auxiliadora Andrade dice que realiza su trabajo con amor

Pese a la emergencia sanitaria, la docente Auxiliadora Andrade Zambrano tiene claro que la educación no puede parar, por eso cada semana viaja más de dos horas para realizar visitas a los domicilios de sus 22 estudiantes del nivel de Inicial 2.

Ella vive en el cantón Chone y se traslada hasta la parroquia San Lorenzo del cantón Manta, un largo trayecto que realiza en su vehículo para apoyar el proceso educativo de sus alumnos, que en promedio tienen 4 años.

Comentó que en cada viaje que realiza logra visitar entre cuatro a cinco de sus estudiantes de la Escuela de Educación Básica Fiscal Teodoro Wolf N°72, y que aprovecha para llevarles alimentación escolar, brindarles acompañamiento pedagógico y sobre todo constatar su salud física y emocional.

A sus 32 años y con 5 años en el magisterio, dice que le llena de satisfacción ayudar a desarrollar las habilidades y destrezas. “Esta emergencia sanitaria nos ha puesto a prueba, pero lo importantes es que la educación no se haya paralizado, nosotros como docentes, debemos sentir ese empuje y fuerza para llegar a nuestros estudiantes sea por medios tecnológicos o personalmente, porque si queremos dejar huellas hay que hacer nuestro trabajo con amor”, agregó.

Paula López, madre de familia, indicó que se siente feliz por la ayuda que les brinda la maestra y que aplaude el gran esfuerzo que está realizando por su hija en esta época de pandemia.

“Me alegro mucho y felicito a la maestra porque mi hija sigue adelante con sus estudios, no solo le enseña, sino que también juega con ella, cantan, ríen y eso es muy importante para cualquier niño”, dijo Ana Calderón, otra madre de familia de la Escuela Teodoro Wolf N°72.