Seguridad Educativa en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón): Compromiso Firme con la Seguridad Escolar

Jueves, 12 de junio de 2025
El Ministerio de Educación reafirma su compromiso inquebrantable con la protección integral de toda la comunidad educativa.
Ante la situación de seguridad que atraviesa el país, esta cartera de Estado se mantiene firme y activa en la protección integral de nuestra comunidad educativa. Comprendemos la preocupación que sienten familias y educadores, y por eso queremos enviar un mensaje claro y basado en hechos: las escuelas no están solas. Cada situación que pone en riesgo la seguridad educativa es atendida con celeridad, responsabilidad, articulación interinstitucional y una respuesta concreta del Estado.
En la Zona 8, que abarca Guayaquil, Durán y Samborondón, hay cerca de 18.000 docentes, de los cuales el 77 % son mujeres. Hasta la fecha, 28 docentes han reportado amenazas, y 25 de ellos han sido trasladados para garantizar su seguridad. En sectores específicos donde se han detectado riesgos, como Isla Trinitaria, Pascuales, Flor de Bastión, 29 de Agosto y otros, se trabaja de forma coordinada con las entidades competentes como la Policía Nacional y Fuerzas Armadas para resguardar a la comunidad educativa. Se han registrado 8 renuncias de docentes asociadas a situaciones de inseguridad, todas ellas ya cubiertas con sus respectivos remplazos. Solo 4 de las 649 instituciones educativas en esta zona operan temporalmente en modalidad no presencial, con el acompañamiento del Plan de Continuidad Educativa, que garantiza que ningún estudiante quede sin acceso a su aprendizaje.
Además, el programa nacional “Comunidades Educativas Seguras y Protectoras”, implementado desde el año lectivo 2024–2025, que atiende a medio millón de estudiantes en instituciones educativas con distintos niveles de riesgo en todo el país. Gracias a este trabajo se ha logrado una reducción del 30 % en riesgos psicosociales y alertas críticas. Se han activado mecanismos como el botón “Respo Educ” para emergencias, se han conformado brigadas escolares de seguridad, fortalecido los códigos de convivencia, ejecutado patrullajes y desarrollado actividades extracurriculares para prevenir la violencia y sembrar una cultura de paz.
La seguridad escolar se construye con hechos, no con discursos. Es una responsabilidad compartida que involucra al Estado, a los docentes, a las familias y a las comunidades. Lamentablemente, hemos visto cómo ciertas voces, vinculadas a un gremio docente, han difundido afirmaciones falsas y exageradas que buscan instalar una narrativa de miedo y caos en la opinión pública. Este tipo de mensajes no solo desinforman, sino que afectan directamente la estabilidad emocional de nuestras comunidades escolares y siembran desconfianza en momentos en los que más necesitamos unidad.
Quienes pretenden usar el temor como herramienta política cometen un grave error. No es responsable generar alarma en vez de contribuir con propuestas. El país atraviesa una etapa difícil y requiere de compromiso colectivo, no de posiciones oportunistas que buscan protagonismo a costa de la tranquilidad de las familias. La educación no se construye desde el pánico ni desde la desinformación. Se construye con verdad, con trabajo y con participación.
A toda la comunidad educativa les decimos: estamos presentes, estamos trabajando, y no vamos a permitir que el miedo se imponga sobre el derecho de nuestras niñas, niños y jóvenes a aprender en paz. La escuela no se rinde. Se adapta, se protege, se levanta. Y con el apoyo de todos, salimos adelante.