El ministro de Educación Fander Falconí a toda la comunidad educativa: Importancia de la lectura en la familia y la comunidad

En el Ecuador se lee como promedio la mitad de un libro por año. Dato originado en las investigaciones y estadísticas sobre LECTURA, del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y El Caribe, CERLALC (organismo intergubernamental de la UNESCO).
Estamos familiarizados con la idea de que la lectura es una actividad normal cuando somos estudiantes. Necesitamos leer para aprender. La mayor parte de la población que ha asistido a establecimientos educativos (desde la escuela primaria) sabe que es así y está familiarizada con esta actividad. Allí aprendimos a leer y a escribir. Sin embargo, el hábito de leer no depende solo de la escuela, no es solo responsabilidad de un centro educativo, sino también de la familia.
Es importante llegar a comprender que la lectura es un derecho de todos los ciudadanos; un derecho que se inicia desde la infancia. Nos empieza a gustar la lectura cuando nuestros padres empiezan a leernos cuentos (no solo cuando vamos a dormir); nos pueden leer cuentos a cualquier hora, cuando estemos muy despiertos. Es muy importante que los padres y madres den un buen ejemplo a sus hijos: leyendo, aunque tengamos ahora poderosos distractores en la familia: el celular, el internet y la televisión.
Debemos comprender que la lectura es un proceso de formación integral de la ciudadanía (no es una actividad aislada), pues tiene que ver con la formación de nuestros valores. La lectura nos ayuda a convertirnos en mejores seres humanos, a ser más sensibles e inteligentes, lo cual influye de manera directa en el mejoramiento de nuestra calidad de vida, en nuestro desarrollo humano. Si somos mejores seres humanos, somos mejores ciudadanos, mejores vecinos, mejores amigos. La lectura nos hace compartir cosas entre la familia y la comunidad.
Por esta y varias razones el Ministerio de Educación, junto con el Ministerio de Cultura, proponen la campaña para la Lectura YO LEO, y un Plan Nacional de Lectura, como un proceso permanente, estable y dinámico. En él participarán no solo organismos estatales, como los dos ministerios, sino también los Gobiernos Autónomos Descentralizados (Municipios, Consejos Provinciales, gobiernos parroquiales), las organizaciones sociales (de la comunidad y el barrio), los centros educativos, las entidades privadas y otras que persigan este gran compromiso y responsabilidad en el Ecuador.
Fander Falconí Benítez
MINISTRO DE EDUCACIÓN